¿Por qué enseñar mediante Instrucción Directa?
Porque...
En ocasiones egoístamente y en ocasiones desinteresadamente, el docente necesita ORDEN.
¿Cuántas veces me habré preguntado, trabajando por proyectos, si no se me estará yendo la clase de las manos?
Egoístamente necesito orden, porque ¿qué van a pensar los demás de mi? ¿Qué pensarán mis compañeros, mis alumnos, sus padres, el inspector... si entran en clase y ven este jaleo? ¡No soy yo la que está hablando, son ellos!
Egoístamente necesito el orden que proporciona sacar un libro, poner a l@s chic@s a leer, subrayar lo que tienen que estudiar y mandar una actividad para cerciorarme de que han entendido mi perorata. Así mi cabeza tiene una oportunidad de parar, y no tengo organizar cada clase, de cada grupo, en cada hora.
Desintaresadamente, a veces me pregunto si ese orden no será bueno también para mis alumnos.
En la vida real van a necesitar sentarse a escuchar a otros y mantener la concentración para extraer conclusiones de su discurso. Me refiero a reuniones de cualquier índole: particulares, en grupo, de trabajo...
En pocos contextos fuera de la escuela se les exigirá semejante tarea. Todo en su día a día está plagado de estímulos fugaces: Whatsapp, Twitter, la televisión...
Además, en más de una ocasión, algunos de ellos han manifestado que echan de menos tener un libro para estudiar para el examen. Echan de menos el orden de los epígrafes. Yo, como bióloga, estoy acostumbrada a esta situación, y la verdad es que le tengo bastante manía a los epígrafes.
Históricamente, los naturalistas han cambiado los sistemas de clasificación de los seres vivos una y otra vez. Disputas de diez años para decidir si una especie pertenece a un clado o a otro. El ser humano tiene un cerebro limitado y nos empeñamos en separar todo lo que conocemos en cajoncitos etiquetados dentro de nuestra cabeza. Dentro de cada cajoncito ponemos más compartimentos, y así hasta que no sabemos dónde guardar algo, entonces nos bloqueamos y empezamos a sacar cajones hasta que lo ponemos todo a nuestro gusto.
Muchas veces, como profesores, también hacemos esto con nuestros alumnos: en un cajón los buenos estudiantes, un compartimento para los listos que estudian,otro para los que no, otro para los sobredotados. En otro cajón los torpes: los que tienen deficiencias psíquicas, los que tiene problemas familiares, los que no estudian... Pero la realidad es que cada alumno debería tener su propio cajón. ESO ES LO QUE YO HE APRENDIDO DEL ORDEN COMO PROFESORA
Y LO QUE ME GUSTARÍA QUE APRENDIESEN MIS ALUMNOS ES QUE en la vida real no existen los epígrafes. Por si alguien duda de esta afirmación, pondré dos ejemplo prácticos:
Caso práctico número 1: Hacer una tarta de chocolate.
- Necesito aplicar lo que sé de fracciones para doblar la receta y así cocinar una tarta más grande
- Necesito aplicar mis conocimientos de física para que la tarta tenga una consistencia adecuada: el relleno justo para que no se caiga hacia el lado y además no quede seca.
- Necesito aplicar mis conocimientos de biología para asegurarme de que el producto es seguro desde el punto de vista sanitario
En ningún caso, cuando estudie esas cosas en el instituto, me imaginé que me servirían para hacer una tarta, y jamás las hubiese agrupado bajo el mismo epígrafe.
Caso práctico número 2: El caos cotidiano de tener dos hijos menores de dos años.
¿Qué hacer cuando estás vistiendo a uno, tienes a otro en la bañera, uno tiene hambre, otro tiene caca, llaman al timbre y el puchero está en el fuego?
Lo que tienes que hacer es priorizar, organizar, mantener la calma y tomar la iniciativa... Y ESTO SÍ QUE NO ME LO ENSEÑARON EN EL INSTITUTO.
He puesto dos ejemplos cotidianos por que los alumnos muchas veces ni siquiera se conforman con poder aplicar sus conocimientos en un trabajo, ya que cada uno pretender optar por profesiones diferentes.
En conclusión: lo que empezó siendo una ventaja...puede convertirse en una desventaja.
Aunque esto se suele presentar como una desventaja, ¿puede convertirse en una ventaja?
Hace poco más de 10 años que terminé mis estudios en el instituto. Si un profesor hubiese explicado algo mal y yo hubiese querido comprobarlo, tendría que haberlo buscado en la enciclopedia. A lo mejor no hubiese bastado con la que tenía en casa, y tendría que haber ido a la biblioteca de mi pueblo para mirar en una más especializada. Tal vez ni siquiera esa hubiese sido suficiente, y tendría que haber ido a una biblioteca aún más especializada. El conocimiento era caro, tan caro como fuese un libro. Había que retenerlo en la memoria, porque quizás si se iba de nuestra cabeza no sabríamos dónde buscarlo, o no tendríamos recursos suficientes para hacerlo.
Hoy, como profesora, si no estoy segura de la respuesta a una pregunta planteada por un@ de mis alumn@s, no tengo más que pedirle que saque el móvil y lo busque en Internet, eso sí, cerciorándose de que la fuente es fiable. El conocimiento es gratuito. ¡Qué maravilla! Todo el mundo puede saber de todo, y usar los conocimientos para crear otros nuevos sin necesidad de retener toneladas de información en la cabeza.
A efectos prácticos, no tiene mucho sentido el seguir usando un aprendizaje memorístico. Entonces mi pregunta es
¿Es útil la memoria en la vida real? Es sabido que durante la adolescencia, el cerebro alcanza el máximo de plasticidad neuronal. Ciertas áreas, como el hipocampo, encargado del aprendizaje y la memoria, sufren una extensa reorganización, basada en la formación de nuevas conexiones neuronales. Los niños y los adolescentes pueden alcanzar o no su máximo potencial dependiendo del uso que le den a sus pequeñas cabecitas pensantes. (Fuente:
Hermosos Cerebros, por David Dobbs, NATIONAL GEOGRAPHIC Octubre de 2011). Por tanto me atrevería a afirmar que
no parece conveniente desterrar por completo el aprendizaje memorístico de nuestras aulas. En cualquier caso, tal y como están las cosas en nuestro país,
no parece que tengamos que preocuparnos por eso en absoluto.
Lo que realmente supone un reto en el momento actual es instaurar el aprendizaje basado en proyectos. Ya nos preocuparemos cuando llegue el momento (si llega).
¿Por qué enseñar mediante Aprendizaje Basado en Proyectos?
¿Quién dice que la diversión no es importante? Los niños aprenden jugando. Esto ha sido así durante toda la historia del ser humano.
Hace una semana, mi sobrina se quedó algunas tardes en mi casa. Cuando le pregunté por qué tenía tantas ganas de venir me contestó que en mi casa hay muchos juguetes que en la suya, lo cuál, lo prometo, ¡es completamente falso! Creo que simplemente, ya está aburrida de sus juguetes. Para un niño cada juguete supone un reto del que extraer información, cuando lo consiguen, se cansan y lo dejan abandonado en un rincón. Como madre puedo afirmar que ese proceso no suele dura más de dos semanas, da igual cuánto dinero te gastes.
Mientras escribo estas líneas ñalskejrpoaiejrpoaiejrpaoifjpaseodifjposieasdp fioaieurpoaisejfñalseiru paoweiurpaosieurkfjasñdlfkjañsdlfk, mi hija de dos años se ha subido en mis rodillas y ha empezado a aporrear el teclado riéndose: aprendía a mecanografía imitándome. Por favor, no menospreciemos la diversión. TODOS hemos aprendido TODO jugando.
- Fomenta el desarrollo de habilidades cognitivas superiores
Unas líneas arriba hablábamos del desarrollo del hipocampo durante la adolescencia. Pues bien, la corteza prefrontal, encargada de
la planificación, el razonamiento, la organización y el control de los impulsos también sufre importantes modificaciones durante la adolescencia (Fuente:
Hermosos Cerebros, por David Dobbs, NATIONAL GEOGRAPHIC Octubre de 2011). También este caso, podemos guiarlos para desarrollar todo su potencial o dejarlos nadando en la mediocridad para siempre.
Aunque afirmación nos causase recelo, no podemos negar que en la vida real van a necesitar estas herramientas
Lamentablemente, tenemos tendencia a ver la creatividad como una cualidad que sólo interesa a los artistas. Pero si ampliáramos un poco nuestro campo de visión, podríamos darnos cuenta de que los científicos, los ingenieros, los cocineros, los empresarios, y prácticamente cualquier profesional necesita la creatividad para encontrar diversas soluciones a un problema.
- Fomenta la cooperatividad
Además de ser una herramienta básica en el mercado laboral actual, el trabajo cooperativo proporciona una interdependencia de finalidades positiva, y hace que los alumnos puedan aprender unos de otros en lugar de aprender sólo del profesor. (Fuente: Implementación del aprendizaje cooperativo en el aula, Peré Pujolàs y col.)
Personalmente, en muchas ocasiones me he dado cuenta de que muchos alumnos que no están dispuestos a escuchar al docente, al que ven como una figura más distante, agradecen la ayuda y el consejo de sus compañeros.
- Aumente el autoestima y la participación de alumnos desmotivados.
Y de repente...¡ocurre! Algo hace "clic" en la cabecita de es@ alumn@ que lleva descolgado todo el curso. Ese chico o esa chica que se duerme cuando hablas y que no tiene ninguna intención de estudiar para el examen se encuentra en el proyecto con algo que sólo él o ella sabe hacer o en lo que destaca. Puede ser la clave para "rescatarl@" durante todo el curso. Sin lugar a dudas, para mi, esta es la parte más gratificante del ABP. Sólo por esto ya merecería la pena todo este "desastre organizado".
¿Y cómo quiero enseñar yo...?
